Salle de bain

Una de las zonas más importantes, desde mi punto de vista, en la decoración de una casa es el cuarto de baño. Es un espacio que te permite jugar con varios estilos siempre adaptándose al clima de relajación máxima de la persona. Las primeras bañeras individuales nacieron a la luz del siglo XVI, tomando como referencia hábitos asiáticos. Fueron fabricadas en cobre, hierro o latón, ya que mantenían mejor la temperatura del agua. Fue al final del siglo XIX, principios del XX, cuando en Francia empezó a recubrirse de materiales más decorativos como la loza, con el fin de crear bañeras más exclusivas y diferentes.

Hoy en día podemos utilizar diseños más modernos y lineales, manteniendo las formas de las antiguas bañeras. Quedan preciosas en estancias amplias con el espacio suficiente para que ellas sean las protagonistas, incluso situándolas en el centro de la sala dotándolas de toda su importancia, y marcando un juego de colores. Sin embargo, lo que me tiene enamorada de estas bañeras, es la atmosfera tan especial que recrean. Supongo que muchas de nosotras soñamos con llegar a casa y sumergirnos en una de estas bañeras dejando que el tiempo pase... y si lo acompañamos con flores y velas y nos dejamos llevar por la imaginación y los pensamientos, creo que no habrá un momento del día que supere esos instantes...

Esta imagen es sensacional. Adoro la mezcla de los tonos blancos y plateados que aportan brillantez y reflejos metálicos a la decoración; el blanco es ligero, luminoso y atractivo. La combinación de los dos resulta serena, elegante y crea unos ambientes en la línea con las tendencias más actuales. El beige es perfecto para los pequeños detalles y complementos, con los que se suaviza y se pone una nota de distinción.

Este estilo más vinculado al clasicismo es también apasionante. La madera seca, los retratos antiguos y las plantas juegan con el minimalismo en esta decoración. Un ambiente perfecto y distinguido con equilibro de objetos decorativos evocando ambientes de lo más románticos.