Ayer fuí a ver a mi amiga Cora, está pasando unos dias con su madre, cuando llegué estaba sola, su madre se había ido a dar un paseo. Nos quedamos charlando un rato y luego decidimos salir a su encuentro.
Tuve una agradable sorpresa cuando ví en uno de los paseos que tiene el gran jardín, un banco precioso, con un encanto especial, un sitio donde su madre aprovecha para leer y estar en paz. Ella no estaba, se la veía a lo lejos hablando con alguien, había dejado lo que se había llevado para su pequeña caminata depositado con una elegancía exquisita sobre el banco, me quede mirando y me dí cuenta que las cosas dependiendo de quien las lleve o las tenga adquieren las cualidades de sus dueños.
Fotografías realizadas por Manuel Ordovás
¡Llevo desde ayer intentando ver tus imágenes y no puedo!
ResponderEliminarMe ha ocurrido alguna vez en otros blogs así que solo me queda imaginar un precioso banco en un jardín y darte la razón de que las cosas adquieren el carácter de sus dueños y que sobre todo con la ropa dependen de quién las lleve...
Un beso
Me ha encantado el texto, el banco, el sombrero y esos libros antiguos... TODO PRECIOSO!
ResponderEliminarlas fotos son preciosas!pero esq el gorro...(L)
ResponderEliminares una pasada!